Hoy, en 2016 y a casi 68 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (http://www.un.org/es/universal-declaration-human-rights/), la discriminación sigue siendo un fenómeno vergonzosamente frecuente en todo el mundo. En muchas sociedades, lo común se asume como la norma y lo diferente se excluye, con frecuencia asumiendo que las personas que no entran dentro del rasero de lo “normal” con frecuencia son menospreciadas, sobre todo cuando la diferencia implica que alguna habilidad se encuentra disminuida, no importa cuán valiosas sean las restantes cualidades de ese ser humano.
El cortometraje Zero nos muestra esta realidad dolorosa, en contraste, a través de unos personajes muy tiernos, en un mundo donde cada persona nace con un número que designa su valor y lo ubica en una clase particular. El protagonista con su “cero” enfrenta diariamente la discriminación y el abuso de aquellos con mayor valor según el sistema social, pero no permite que “su número” lo defina y se atreve a soñar que es capaz de lograr cosas como cualquier otro “número”, viendo esperanza y belleza donde otros números no son capaces de ver nada. Cuando todo parece más oscuro y desolador se encuentra con un igual, su complemento, una “cero” con la que se atreve a hacer pareja, a pesar de que la sociedad asume que tiene el derecho de decidir si ellos tienen o no derecho a amarse y hacer familia.
Zero nos puede recordar a muchos grupos de personas, algunos de los asistentes al cineclub asociaron su número al dinero, otros a la raza o la orientación sexual, para algunos la dulzura y optimismo de zero nos recordó a las personas con síndrome de Down. Fue reconfortante ver que entre los estudiantes fuera rechazada tajantemente la idea de que pudiera ser legal impedir a dos personas la posibilidad de formar familia por tales características, sin embargo, eso ocurre aun en muchos lugares, incluso, en algunos de los lugares con mayor respeto a los derechos humanos, algunas conquistas en contra de la discriminación son de data muy reciente.
Zero es el producto de dos años de trabajo de 46 realizadores sobre 5 kgs. de silicón y 2 km. de lana, liderados por los esposos Christopher y Christine Kezelos, con el patrocinio de la organización Screen NSW, cuyo objetivo es proveer oportunidades profesionales a cineastas emergentes en Australia. El cortometraje se ha proyectado en la mayoría de los festivales internacionales de cine y ganó en el 2010 el premio a “mejor animación” del Festival de Cortos de los Ángeles y del Festival Internacional de Cine de Rhode Island, entre otros premios.
¿Alguna vez te has sentido limitado por una etiqueta? ¿Realmente tratas a todos con el mismo respeto, independientemente de sus características? Esperamos tus comentarios.
Título original:
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Zero
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País:
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Australia
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Género:
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cortometraje,
animación cuadro por cuadro (stop motion), drama, ficción
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Estreno:
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Agosto 2010
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Dirección, guión y
edición:
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Christopher Kezelos
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Producción:
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Christine Kezelos
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Fotografía:
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Matthew Horrex
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Diseño de
Producción:
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Brett Bimson
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Música:
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Kyls Burtland
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Reparto:
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Nick McKay (narrador),
Reina McAndrew, Shelley Hepworth, Anthony Clarke, Kyls Burtland, Keely
O'Brien, Tully O'Brien, Lisa Hill, Brendan O'Brien, Christine Kezelos y Christopher
Kezelos
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Idioma:
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inglés
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Duración:
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12:32 min.
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Web:
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http://www.zeroshortfilm.com/
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